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Crisol Internacional: “Desplastificando el Mar Caribe, Granada”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 21 Junio 2019. Publicado en Andrea König Fleischer, Columnistas BCS , Crisol Internacional, Cultura, Sociedad

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Son buenas noticias, aquellas cuando el mundo se entera que, gracias a la voluntad política impulsada por numerosas iniciativas ciudadanas, los cambios hacía un futuro  más sustentable son posibles y No es una mera coincidencia que el pasado día 8 de junio la ONU conmemoró el Día de los Océanos y que en este 2019  promovió con ímpetu las campañas “desplastificar nuestros mares” y por ende nuestras vidas. Imaginémonos- aunque resulte difícil un día sin plásticos y con ello: no más botellas desechables, popotes, unicel, bolsas de plástico, sustituyendo todo aquello que tanto hemos usado por años y que contamina y sustituirlos por envases biodegradables, bolsas y empaques amigables con el ambiente y que mejor que sean reutilizables en muchas ocasiones, traduciéndose en un enorme ahorro de energía y una significativa reducción de contaminantes y del deterioro ambiental.

Recordando un poco de la historia y evolución de los plásticos, estos surgieron en la década de los años cincuenta  y su invento fue celebrado entonces con entusiasmo en la revista Time como un gran avance, dando la bienvenida al plástico  como hito para hacernos la vida más cómoda y liberarnos de las tareas domésticas en su artículo titulado Throw Away Living (Time Magazine, Agosto 1, 1955). Intensamente desde entonces hemos masivamente plastificado nuestras vidas y con ello poco a poco al planeta. El reloj despertador o el celular en la mesilla de noche tiene una caja o estuche de plástico, el cepillo de dientes es de plástico y dispensamos el jabón y el champú desde envases de plástico. Retiramos la delgada capa de plástico para abrir la caja de cereales, usamos y desechamos múltiples envases de comida rápida y nos servimos el jugo de naranja y diferentes bebidas desde una botella de plástico y así nuestro día y vida plastificada continúa hasta que llega la hora de acostarnos de nuevo.

Ya es muy conocido y comprobado a través de estudios científicos que los plásticos tienen una amplia gama de contaminantes orgánicos persistentes (COP), que son añadidos como aditivos a los polímeros plásticos para conferirles propiedades especiales, como son: rigidez, y resistencia,  fortaleza térmica y robustez a la radiación ultravioleta, y otros atributos que se derivan  peligrosamente de algunos  metales pesados, como el plomo y el cromo que se añaden para dar color al plástico. Introduciéndose así todos estos materiales dañinos al medio ambiente y en particular al ecosistema marino y así también  los plásticos captan COPs de las aguas circundantes, lo que aumenta aún más su carga de contaminantes orgánicos persistentes, convirtiéndolos realmente en sustancias peligrosas para los seres vivos. Hace apenas un par de años una ballena del tipo chachalote  de 10 m de longitud que fue encontrada varada y muerta frente a las costas de la atractiva y tropical Isla de Granada en el Mar Caribe, llamó la atención de la comunidad internacional como un grito de alerta y petición de auxilio; ya que al  momento de practicar la autopsia al cetáceo se encontraron casi 16 kg de plástico en el interior de su estómago,  incluyendo una percha, envases de pasta de dientes, contenedores, así como también  restos de manguera, cuerda, acolchado plástico, botellas, colchones, sacos, envases de helados, recipientes de aerosol, y capas de plástico de invernaderos, siendo todos estos muy variados residuos plásticos un claro testimonio de la  “civilización de plástico” donde actualmente vive sin plena conciencia  la humanidad y muy distante la supervivencia de nuestro planeta.

Este trágico ejemplo no es el único ya que durante las últimas décadas otras ballenas, tortugas, peces y aves marinas son las víctimas más notables y visibles de “la muerte por plástico”, que se extiende también a muchos otros animales marinos desde los pequeños, que particularmente se alimentan de plancton, como son los pequeños copépodos de unos pocos milímetros de tamaño hasta las grandes ballenas, abarcando prácticamente así  a toda la cadena trófica amarina. Todos ellos ingieren partículas de plástico que a menudo les causa la muerte y sin dudas enfermedades. Muchos investigadores afirman que “desde epifanía de la vida desechable en los años 50, la producción mundial de plásticos ha aumentado 200 veces, pasando de 1,5 millones de toneladas en 1950 a 270 en 2010 y sigue creciendo a un ritmo del 4% anual.”  Ante esta preocupante realidad afortunadamente, la buena noticia es que el reciclaje es cada vez mayor pero aún a ritmos muy lentos y  por ello nos plantea un horizonte de muchos esfuerzos y de numerosos años para “re-educar a la humanidad”. Según cifras de la  Academia de Ciencias de EEUU “el vertido total de desechos plásticos a los océanos en aproximadamente 6,4 millones de toneladas, o aproximadamente el 5% de la producción total de plástico. El océano es el sumidero final para materiales plásticos, donde los materiales de plástico permanecen durante décadas, con la fracción flotante entrando en distribución global y los elementos más pesados cubriendo el fondo marino.”

En este contexto resulta plausible y necesario que la Isla de Granada, antiguo baluarte español de Cristóbal Colón  (1498) y que en 1803  fue el primer Estado independiente de América Latina,  se haya sumado a las 8 naciones del Caribe que ejemplarmente prohíben el uso de plásticos, adoptando un marco regulatorio estricto en torno a la utilización de este tipo de empaques, porque según los estudios correspondientes los plásticos desechables suman más del 50% del peso total de la basura recolectada en esa zona. Granada tuvo el valor y la determinación de marcar un alto al uso desmesurado del plástico y sus efectos irreversibles, cuidando no sólo el  futuro de sus habitantes y de las especies que ahí habitan o la circundan peligraban y antes de que  fuera demasiado tarde, lo que hoy significa una decisión ejemplar y muy significativa y un manifestó interés por un  mañana común con un ambiente más limpio y una naturaleza menos afectada que en el caso de las islas y el ecosistema marino es aún más urgente.

Para el viajero por el Mar Caribe, Granada ubicada al Sur de las Antillas Menores aún cuenta con playas que son de postal, enmarcadas por las siluetas de sus volcanes cubiertos con vegetación tropical y donde las refrescantes duchas que se pueden tomar bajo una cascada, para antes o después emprender senderismo y trekking por el paisaje de un hermoso bosque nublado. Granada es multicultural y colorida debido a la influencia de los españoles, ingleses, franceses, migrantes africanos y también de la India, que fueronmezclándose con su población nativa los llamados Caribes, quienes a su vez tomaron el mando tras derrotar a los nativos originarios de la isla  los Arawak. Durante mucho tiempo Granada fue llamada “la Perla del Caribe” por algunos y también conocida como “la Isla de las Especias” y a pesar de su independencia política en 1974, aún conserva como la cabeza de su Estado a la monarca británica Isabel II. Las aguas circundantes de la isla la convierten en un auténtico paraíso marino para los aficionados al buceo y el snorkeling. Pero además esta isla cuenta con una atracción especial que llama poderosamente la atención a sus visitantes, independientemente de su experiencia y pericia para sumergirse y mirar lo que hay bajo el agua: En Moliniere Bay, al norte de Saint George, se encuentra The Underwater Sculpture Park, el primer parque con esculturas submarinas de todo el mundo. En 2006 más de sesenta figuras creadas por el escultor británico Jason deCaires Taylor fueron depositadas en el fondo con dos objetivos, ayudar a la recuperación de los corales y mostrar el arte desde otro punto de vista, el que existe y se observa debajo del mar, en vez del   paisaje apocalíptico que en muchos fondos marinos forman los de desechos tóxicos y diversos contaminantes plásticos que nos advierten de la necesidad imperativa de “desplastificar el mundo y no sólo al Mar Caribe”.

 

 

P.S. : http://ecohistorias.com.mx/2019/01/04/caribe-se-desplastifica/

https://www.huffingtonpost.es/carlos-m-duarte/plantate-y-desplastifica-_b_3411704.html

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