
Crisol Internacional: ”La jaula de los grillos…”
Si les preguntara en este preciso momento, qué les preocupa más, algunos me contestarían que su salud, sus hijos, el dinero el trabajo…EL MAÑANA….y tal vez hasta el clima político más allá del Río Bravo o las guerras, hambrunas y la miseria aun en el mundo. Cada uno de nosotros tiene una escala de valores y de prioridades para ver y resolver las cosas y de la mejor manera. No obstante, la mayoría de nosotros, para bien o para mal, vive en constante tensión por uno o varios problemas tanto propios como ajenos, que tal vez podríamos rebautizar y convertirlos en retos e incluso oportunidades de crecimiento personal y profesional.
Aquello que anda dando vueltas haciendo ruido en nuestras cabezas se parece a ratos a un concierto de grillos o incluso al escandaloso martilleo tempranero del pájaro carpintero y fuera de lo chusco o cómico que sea la metáfora…NO NOS DEJA EN PAZ ese ruido mental, que es un auténtico torbellino de pensamientos que empiezan a inquietarnos, aumentando en intensidad y frecuencia, perturbando nuestra comodidad y paz interna. Bien lo expresaba Buda sabiamente hace muchos siglos que: “Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos.” A la vez, el refrán popular dice que “Cada cabeza es un mundo”, y vaya, qué sí lo es, imaginémonos entonces el montón de problemas cruzando por miles de millones de cabezas día a día, un verdadero tsunami de cerebros agotados por pensar demás…
Nuestra capacidad de analizar, reflexionar y reordenar nuestros pensamientos se puede considerar como algo positivo y desde luego una vía para reencontrar el equilibrio mental, PERO excederse con los pensamientos también puede llevar riesgos, especialmente si éstos se tornan muy grises, oscuros, demasiado melancólicos y negativos, generando una carga casi insoportable que empieza a afectar a nuestra salud tanto física como mental y espiritual. Bien dice el dicho “No lo pienses tanto…!”, invitándonos a tomar decisiones espontáneas, tal vez más prácticas e instintivas; asimismo, hay que recordar que nuestros pensamientos son únicamente NUESTROS, es decir íntimos y personales, casi sagrados durante el diálogo personal y debemos por ello cuidar de ellos ya que son nuestra responsabilidad.
Marco Aurelio, el gran emperador romano, dijo una vez acertadamente: “Los pensamientos de un hombre son su vida misma” y que “La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”, así, si construyéramos algunos ejemplos a raíz de estas citas nos sorprenderíamos al encontrar una cierta veracidad en las biografías de algunos personajes ilustres como también de las personas a nuestro alrededor. El escritor y filosofo norteamericano Ralph Emerson enfáticamente ya recalcó a mediados del siglo XIX que “El hombre es lo que durante todo el día piensa”. Mientras más tarde el profesor estadounidenseWilliam James, conocido como el padre fundador de la psicología moderna, expresó: “El descubrimiento más notable de nuestra época es que el ser humano puede alterar toda su vida con solo alterar su actitud mental”; vaya entonces que la esencia de estas citas notables NOS HACE PENSAR….ACERCA DE NUESTROS PENSAMIENTOS…y particularmente que lo que pensamos puede determinar nuestro destino ya que nosotros somos la suma de nuestros pensamientos…
En este contexto se plantea la interrogante de si podemos controlar o influir en nuestros pensamientos? Y para encontrar posibles respuestas vale la pena revisar nuestro comportamiento en situaciones difíciles como por ejemplo cuando nos sentimos molestos, tristes o enfadados tras un despido del trabajo, un trato injusto, la pérdida de algo material, rumiando demasiado sobre “nuestra tragedia personal” y lamentándonos hasta el cansancio, disparando emociones y conductas que no son ni ideales ni adecuadas y tampoco que van a ayudar mucho para enfrentar los nuevos retos que nos presentan. Podríamos construir una larga lista de problemas, adversidades y situaciones complicadas al estilo del “worst case scenario” o “del peor escenario”, pero también de algunas posibles soluciones para atenuar el “concierto de los grillos”, como por ejemplo hacer conciencia de que las cosas pueden mejorar y creer firmemente en ello, trabajando y reconstruyendo nuestra autoconfianza, leer y escribir más e incluso practicar la “metacognición” es decir pensar en cómo pensamos. A la vez, si somos capaces de detectar “dichos pensamientos oscuros”; es decir la negatividad en ellos y convencernos que NO necesariamente las cosas resulten así y si rumiamos demasiado nos puede hacer daño al descargar emociones fuertes como el miedo, la ira, la tristeza e incluso un exceso de frustración que a veces también y malamente rebotan contra los demás.
Durante ese proceso de limpieza mental que literalmente se podría describir como “liberar a los grillos de la jaula” puede surgir un nuevo planteamiento sobre ¿Si podemos aprender a pensar mejor? La respuesta según la psicología actual definitivamente es positiva: “aprender y diferenciar cuáles son pensamientos irracionales o sin validez y cuáles son los llamados desadaptativos, es decir que pueden ser reales pero que NO nos ayudan, ya que nos ofuscan e impiden vivir tranquilamente y afrontar mejor nuestros problemas.” Así, una vez teniendo claro lo que vale la pena “consultar con la almohada”, es decir pensarlo con calma, será más fácil tomar decisiones inteligentes y por supuesto desechar lo que resulta irrelevante, innecesario e insignificante. Quizás nos auxilia el filósofo alemán Friedrich Nietzsche con su razonamiento sobre este tema tan complejo, aseverando que:”El pensador sabe considerar las cosas más sencillas de lo que son…”
CONTINUARÁ…
P.S. http://www.eduardojulca.com/blog/2014/7/7/lo-que-pensamos-determina-nuestro-destino