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Crisol Internacional: “Migraciones, Regresos y los Retornos”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 18 Agosto 2017. Publicado en Crisol Internacional, Cultura, Política, Sociedad

Cuántas veces a lo largo de una vida volvemos o podemos regresar a un sitio o bien a una actividad, siendo probablemente nuestra propia CASA al que llamamos “hogar dulce hogar” el lugar más añorado.  Lo anterior debe motivarnos a reflexionar que esto que parece tan cotidiano y sencillo, para muchos se ha vuelto muy complicado, ya que vivimos en una era marcada por nuevas olas de migraciones provocadas por diversos factores. A pesar de que hasta hace poco se opinaba que el siglo XX era el siglo de las migraciones masivas, rebasando los 60 millones de personas,  el comienzo del nuevo milenio y la nueva era de la globalización han detonado mayores flujos migratorios alrededor de todo el  mundo.

En la actualidad muy tristemente el número de refugiados sigue creciendo a un ritmo  muy acelerado en diferentes países debido a las guerras civiles, catástrofes naturales, hambrunas e interminables  conflictos políticos y sociales que están ocurriendo La migración humana según la Real Academia Española puede definirse como el desplazamiento geográfico de individuos o grupos por causas económicas o sociales y según el Reporte Internacional de Migración, publicado en 2015 por Naciones Unidas, el 43% de todos los migrantes internacionales proviene actualmente de Asia, es decir que de las 244 millones de personas que se tienen registradas que han migrado, 104 millones nació en la región asiática. Esta cifra contrasta significativamente con Europa, con 62 millones que la convierte en la segunda región con mayor cantidad de migrantes, América Latina y el Caribe con 37 millones, y África, con 34 millones.  Sin duda la gran mayoría de los migrantes buscan por diferentes causas y razones asilo político y la ayuda humanitaria y por lo general NO quieren, ni pueden regresar a sus tierras, llámese como se llamen y por ejemplo se pueden listar: Siria, Libia, Yemen o Somalia que a la vez representan historias personales con cicatrices muy profundas y muchos sentimientos encontrados a lo largo del camino …

Ahora bien el mes de Agosto debemos hablar en México de otro tipo de  “migración” que más bien es un regreso, ya que  este mes se identifica para muchos particularmente como el “Gran Regreso a Clases”, que práctica y astutamente se anuncia mediante todos los medios y canales de la  mercadotecnia desde el último día de clases, como si fuera una especie de  solemneadvertencia a los padres de cuidar los gastos durante el largo periodo vacacional del verano.  Definitivamente este “Regreso” implica un fuerte golpe al bolsillo  y un verdadero desafío a la planeación financiera de las familias y especialmente aquellas de escasos recursos. Regresar a las actividades cotidianas, ya sea la escuela o el trabajo después de un tiempo de ausencia vacacional siempre involucra diferentes emociones y estados de ánimos, entre ellos figuran el ya clásico argumento de la flojera o de “pocas ganas” y también el estrés que siempre se contrarrestan con el del ánimo y entusiasmo, principalmente de los niños que con ansias esperan  estrenar sus mochilas, útiles y libros de texto, pero sobre todo, saludar a sus viejos amigos  y conocer nuevos para compartir las aventuras vacacionales y vivir la experiencia del arranque del siguiente  ciclo escolar. Es decir este “Regreso” para muchos está acompañado con la emoción de la familiaridad, la alegría  y confianza y también con las expectativas de aprender cosas nuevas,  hacer nuevos amigos y  maestros y descubrir el mundo una vez más…

En contraste a lo anterior retornar a casa después de un largo tiempo de ausencia como por ejemplo una estancia laboral o estudios en el  extranjero o unas  prolongadas vacaciones no es fácil, ya que la vida en muchos sentidos cambia cotidianamente. Los que se van viven condiciones y experiencias diferentes y muy opuestas a los que se quedan, ya que tienen que adaptarse a lo que viene de la mejor manera, enfrentar sus rutinas cotidianas con ánimo, fe y agallas y que por lo general es mucho más difícil para el que se queda que para el que se va.  Por ello, en  ambas partes, debería caber la flexibilidad y tolerancia para re-encontrarse a la mitad del camino y es muy probable que para  hallarla de nuevo se requieren momentos de diálogo profundo, compromisos y es necesario sobre todo la capacidad de ser empático con el otro; es decir, lograr de “ponerse en los zapatos del otro” para establecer la comprensión y confianza mutua.

Tampoco es sencillo despedirse de un ser querido y vivir en la nostalgia con el sentimiento de extrañar. Jamás ha sido fácil el volver y  ya NO encontrar lo que uno dejó, ya sea un familiar, amigos, lugares u objetos con un valor sentimental especial”.  Esta noción de “echar de menos” es internamente difícil de lidiar, ya que cada individuo es especial y singular y por ende también irreemplazable. Afortunadamente hoy en la era digital, es factible y sólo cosa de segundos el poder establecer un contacto  virtual con algún ser querido y de esta manera romper el silencio y las emociones tristes para cambiarlas por alegrías mediante los denominados “chats”, video-charlas y hasta chistes a distancia. Este contraste tecnológico rápidamente ha ido substituyendo las cartas, los sobres y estampillas de antaño y las esperas  del cartero.

Las “Migraciones, Regresos y Retornos”  tienen sin duda muchos rostros y gracias a los avances tecnológicos  se han vuelto mucho más  complejos y dinámicos que en las décadas anteriores. La sociedad de la “aldea global” está más  conectada e informada que nunca. Contamos con medios de transporte y de comunicación mucho más eficaces y rápidos que los que nuestros  antepasados podían haberse imaginado en sus sueños y deberíamos aprovechar estas oportunidades para el bien común; es decir para fomentar un intercambio amistoso y cultural, adquiriendo nuevos conocimientos basados en las experiencias cotidianas reales y permitir que se fortalezca el aprendizaje con estas  vivencias para que tengan  un significado y para que enriquezcan nuestras relaciones interpersonales y la tolerancia hacia los demás. Regresar puede significar también la reflexión sobre “el antes y el ahora”, valorando lo que uno tiene y lo que uno quisiera aportar a su vida, a la de su familia y amigos y a su comunidad y porque no al mundo que necesita de TODOS.

Por último, es realmente  muy duro pensar que alguien que NO puede regresar nunca más a su origen o lugar de nacimiento por motivos políticos o sociales. Es una persona que necesita de la comprensión y del cobijo de los demás que para el son extraños pero que pueden ser nuevos amigos. En este sentido los niños son muchas veces más afortunados que los adultos y probablemente más felices porque en su mayoría viven SIN  prejuicios y estereotipos que los limiten a acercarse a otros; esta ligereza emocional debería ser también motivadora para los mayores al aprender las lecciones que se derivan de “migrar,  regresar y retornar” a un estado más puro y comprensivo…

 

 

 

P.S.: Sobre las olas de migraciones- http://sauce.pntic.mec.es/jotero/Emigra1/intro.htm

http://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/patrones-migratorios-asia-positivo-economia-local

 Interesantes reflexiones sobre volver a casa -http://www.metro951.com/2016/08/eterno-viajero-una-reflexion-sobre-volver-a-casa/ 

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