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Crisol Internacional: “Ocurrió en otoño en la ONU"

Escrito por Andrea König Fleischer en Lunes, 27 Octubre 2014. Publicado en Cultura, Equidad de género, Opinión

otoño

Crisol  Internacional: “Ocurrió en otoño en la ONU- 69. Asamblea General”

Los debates  sobre diversos temas, conflictos  y compromisos internacionales,  indudablemente varían con las diferentes  regiones geográficas, los intereses políticos que los generan y las presiones económicas que los enmarcan  y por supuesto con los acontecimientos actuales que ocurren  en el mundo. Lo que no ha variado durante los últimos 69 años es el sitio dónde se discuten y resuelven: en la  Asamblea  General de las Naciones Unidas.  La ONU está ubicada en la  Primera Avenida de Nueva York, muy cerca del Río Hudson. Cuando las Naciones Unidas se crearon el 24 de Octubre de 1945 en plena Posguerra, la agenda de discusión giraba  alrededor de la necesaria paz mundial y la seguridad internacional. Los entonces 51 miembros se comprometieron a  construir una relación de amistad entre las naciones participantes y  promover el progreso social para una mejora en el nivel de vida de todas ellas, así como también abogar por los derechos humanos universales en un mundo políticamente vulnerable y frágil y en ese tiempo, marcado e ideológicamente agrietado entre Occidente y Oriente.  La constante e incansable labor de las Naciones Unidas a lo largo de casi siete décadas ha alcanzado increíbles logros políticos, sociales, económicos, culturales y medioambientales; como indudablemente han sido la reconstrucción de la paz, impidiendo además la proliferación de la energía nuclear durante la Posguerra, la promoción de la democracia, el desarrollo económico y social, el fomento de los derechos humanos universales, la protección del medioambiente, así como también, el fomento de la autodeterminación e independencia de los pueblos, la mediación en conflictos políticos y raciales como el Apartheid en Sudáfrica, la ayuda humanitaria y asistencia a refugiados, los derechos de la mujer, los programas y proyectos en torno  a la salud, el cuidado del patrimonio cultural y el progreso de las comunidades. Hoy, casi 69 años después, son 193 países  que siguen cooperando para combatir al terrorismo internacional, el cambio climático y promover el desarrollo sostenible  y la  cooperación entre los países miembros. Sin embargo, cabe el planteamiento crítico acerca de “¿Qué unidas están realmente estas naciones participantes y cuáles son los temas de mayor discusión, discrepancia y divergencia? Así, muy recientemente a inicios de este otoño las discusiones multilaterales tuvieron muchos rostros, literalmente de todas las tonalidades  de la estación, desde muy pálidos por la creciente preocupación en torno a la veloz propagación del Virus del Ébola en el Noroeste de África, hasta semblantes muy coloridos por la indignación de los brutales asesinato  e  incesantes  actos  de terrorismo del grupo radical de ISIS en Medio Oriente. Durante estos debates surgieron nuevos cuestionamientos e interesantemente, a diferencia de los que históricamente se exponían en el seno de la Asamblea,  se ha originado un ambiente de mayor interés acerca de la propia responsabilidad y conciencia humana de los pueblos frente a estos escenarios críticos, prueba  de ello son puntos de discusión como “Man-Made  Natural Disasters”, es decir las reflexiones sobre los “Desastres naturales provocados por el hombre” y también el “Widespread Indifference” o la “Propagación de la indiferencia”,  identificando a esta condición como un nuevo adversario en el ajedrez mundial que únicamente puede ser combatido con más educación y conocimiento útil. Ahora bien, en el pasado, especialmente durante aquella época políticamente muy tensa, gris y llena de desconfianza conocida como la “Guerra Fría”, los representantes ante la Asamblea de la ONU abogaron por un mejor entendimiento entre los pueblos basado en una mejor relación como “buenos vecinos”, tema que en la actualidad ha adquirido nuevamente mayor relevancia, ya que muchos de los conflictos presentes se disputan justo en las líneas fronterizas; Israel y Palestina, Rusia y Ucrania (especialmente el conflicto en la Crimea), Turquía y Siria que son solamente algunos ejemplos de zonas de inestabilidad  política y que reflejan el  desacuerdo que  por lo general se basa también en intereses económicos, discrepancias culturales, especialmente religiosas, así como también objetivos y fines militares. Es justo aquí donde la Asamblea General de la ONU reviste de un significado, transcendencia y sobre todo el de su rol como mediador pacifista y arbitro político mundial.

Es oportuno imaginarnos un escenario de una reunión donde están presentes 193 invitados y  todos  están aportando sus legados culturales como tradiciones, religiones y lenguas, intereses bien definidos y encomendados por sus pueblos y gobiernos, así como también están revelando sus diferentes personalidades, temperamentos y expectativas… ¡Qué difícil debe ser ponerse de acuerdo sobre un solo tema, llámese TERRORISMO o CAMBIO CLIMÁTICO! ¡Imagínense que complicado y complejo ¡ Así que se debe primero escuchar a TODOS sin distinciones, ni diferencias y también en turno ser escuchado. Lo anterior  representa una verdadera labor titánica, de mucha paciencia y sobre todo diplomacia. Además, no sólo es acudir a esta reunión llamada Asamblea General, sino prepararse meses antes, darle el seguimiento debido a los compromisos anteriores, evaluar y comparar los resultados obtenidos y sobre todo,  elaborar propuestas y las acciones y estrategias adecuadas y oportunas para darle una posible solución y sobre todo alivio a los problemas y con ello, esperanza a las naciones y no solamente a los habitantes que están ubicados en una zona crítica, sino también a toda una región considerada neutral. Es decir la política del Multilateralismo descansa e involucra precisamente a TODOS: gobiernos, empresas, instituciones y sobre todo ciudadanos. Así ,y tal como “ocurrió en este otoño”: pertenecer a la Asamblea General de la ONU sigue representando un verdadero reto para  los países miembros que tienen que definir objetivos y metas congruentes con las problemáticas urgentes y los  conflictos globales de la actualidad, enfocando su labor de una forma más eficiente y significativa, adoptando  precisamente el lema tan  transcendental  expresado por Mahatma Ghandi  que la Asamblea  General  - “sea el cambio”-  en un mundo cada vez más complejo, diverso y problemático …

 

P.S.: Para la información más detallada  http://www.un.org/,

http://www.un.org/press/en/2014/ga11565.doc.htm

http://www.spiegel.de/politik/ausland/uno-vollversammlung

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