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Crisol Internacional: “¿Sumar, restar, dividir o multiplicar?”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 03 Enero 2020. Publicado en Andrea König Fleischer, Columnistas BCS , Crisol Internacional, Cultura, Política, Sociedad

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El final del AÑO VIEJO y el consiguiente comienzo de AÑO NUEVO pueden motivar nuevas ideas y conceptos, como el que cambiar en nuestras vida y en la sociedad, ya sea de una manera ligera o profundamente, así como también nuestra perspectiva de apreciar y vivir la vida y asimismo hacernos reflexionar sobre planes, propósitos y proyectos para poder lograrlo y también puede ser un momento de introspección sobre nuestros logros y las metas y propósitos alcanzados durante el año que termina:¿Lo qué durante su desarrollo temporal experimentamos, lo que aprendimos, dónde fallamos y con ello lo que quisiéramos mejorar? Todos tenemos interrogantes y esperanzas sobre lo que traerá “un nuevo comienzo” y en el caso preciso:¿Cómo será este ya esperado 2020, Año de la Perfección según la numerología, una corriente filosófica griega íntimamente ligada con la astrología, creada por Pitágoras en el siglo IV A.C. que concretamente expresa que  “la presencia de este número en la creación es continúa, ya que reúne los  cuatro puntos cardinales, los vientos, las estaciones del año, las fases de la luna y los elementos naturales.” Además, con este número se asocia también un orden y una construcción positiva, y a su vez la suma de los dígitos del nuevo año y nueva década que se inicia el número cuatro fue identificado por los alquimistas “como un axioma en la búsqueda de la perfección que el espíritu emprende en la vida.”De esta forma se hallan varias interpretaciones y explicaciones acerca del número “4” incluyendo la del médico psicólogo suizo Carl Gustav Jung, quien descubrió las cuatro funciones fundamentales de LA CONCIENCIA HUMANA: PENSAMIENTO, SENSACIÓN, SENTIMIENTO E INTUICIÓN.

Sea como sea, en nuestro mundo actual, híper acelerado, tecnificado,  polarizado y sin duda fragmentado, también hemos desde la Primaria  identificado y aprendido  cuatro operaciones matemáticas básicas: “sumar, restar, dividir y multiplicar” y si las proyectamos a nuestra vida y nuestras acciones cotidianas en el contexto de la llegada del Año 2020, podremos encontrar aprendizajes interesantes y valiosos. Veamos con más  detalle y por separado cada una de ellas: podemos “Sumar” a la sociedad y a nuestra propia vida, participando, involucrándonos, siendo más activos, compartiendo no necesariamente lo material, sino nuestros conocimientos, valores y experiencias, el talento y el espíritu de querer ayudar a los demás y otras opciones como son los voluntariados y así sumarnos a algún  activismo positivo que afortunadamente abundan alrededor del mundo. Es simplemente cosa de encontrar nuestro “propio traje a la medida” para sentirnos más útiles, lo que sin duda nos puede causar mucha satisfacción personal. Cabe resaltar que el pensamiento del Humanismo contempla la convicción de que la convivencia humana NO es solamente conflictiva, sino que también es “la cooperación, basada en el diálogo y en un cierto equilibrio de intereses, siendo posible y benéfica  para todos. Igualmente se debe y puede ejercer el poder al servicio del bien común, con respeto a los derechos de todos con razonable eficacia y a la vez con la participación de los afectados.”El empeño por colaborar y convivir es sumar y permite entonces superar divisiones -irreconciliables en teoría- entre posiciones encontradas ya sean ideológicas o de intereses particulares.

Por el contrario, cuando nos ponemos a reflexionar sobre la acción de “Restar”, en definitiva “quitamos, reducimos, minimizamos o aminoramos” y muy probablemente nuestra actitud es negativa y genera conflictos, ya que “damos la contra” sin muchas veces saber generalmente por qué y peor aún, actuamos constantemente a la defensiva y socialmente nos aislamos y nuestra energía se consume en un estado de ánimo gris. El  “restar” a una sociedad también puede originar y provocar el NO cumplir con las obligaciones como ciudadanos, el No participar o simplemente como algunos dicen “colgarse de la ubre” y querer gozar plenamente de los beneficios que un Estado puede procurar: ayuda social, subsidios y subvenciones entre otros… sin tener presente lo que a otros les ha costado tanto en voluntad, esfuerzo,  tiempo, trabajo y disciplina cotidiana, entonces seamos más conscientes de ello  para restaurar el equilibrio y la armonía.

Otra acción no siempre desfavorable es el “Dividir”: partir, fragmentar, deshacer y tal vez romper, a veces siendo necesario esto para poder mejorar o definir una situación o una condición, pero generalmente con una connotación vacilante o ambigua. La sociedad de la Revolución Industrial del siglo XVIII  encontró en  1776 con la “Riqueza de las Naciones” y la división del trabajo fundamentado por el padre de la economía Adam Smith, las bases de lo que hoy se sigue aplicando  con éxito en la aldea global. Sin embargo,  la división en exceso crea más grupos de interés, menos unión y el descenso del espíritu colectivo y solidario y provoca igualmente vez menos humanismo y genera más egoísmo.  “Dividir” por el otro lado puede evitar la concentración del poder cuando este ha crecido demasiado y es una tarea saludable y sin lugar a dudas ha sido una estrategia militar antigua, recordemos que Julio Cesar dijo “Divide y vencerás” que se contrapone a la célebre expresión originada durante  la República holandesa “La unión hace la fuerza”… Cada lector tendrá su propia experiencia y opinión acerca del tema, pero lo cierto es que antes de dividir habrá que pensar muy bien en sus posibles consecuencias…

“Multiplicar”… a quién no le gustaba más esta operación matemática casi mágica, relativamente fácil de realizar teniendo bases sólidas de las demás operaciones. En el ámbito social, y específicamente en nuestras relaciones interpersonales el llamado EFECTO MULTIPLICADOR que también se deriva de las ciencias económicas, puede ocasionar un efecto en cadena sobre otras personas o instancias, una influencia mayor que la que originalmente provocó la acción inicial. Expresado en otras palabras una acción puede multiplicarse a través del ejemplo y si esta fue exitosa, la gratitud y el reconocimiento serán sus recompensas pero también en el caso contrario, es decir negativo, también puede tener respuestas emocionales, perjudiciales y dañinas para los involucrados.  En este sentido cabe hacer hincapié en poder “Multiplicar” una formación universal positiva, diferente a la tradicional, una educación  que tienda a tener en cuenta los puntos positivos y fuertes de los  individuos y el necesario reconocimiento a las acciones bien hechas, potenciando así la autoestima. Cuando se motiva una voluntad receptiva dispuesta positivamente a hacer algo, los resultados se potencian y se desarrolla una SINERGIA POSITIVA capaz de multiplicar el esfuerzo. Es decir, fuera del  sentido moral sobre “Sumar, Restar, Dividir o Multiplicar”, resulta menester tomar una mayor consciencia sobre nuestras acciones y sus posibles efectos,  no solamente porque ya comienza un Año Nuevo, perfecto o no, lo que sin duda nos brinda una oportunidad única de querer cambiar hacia una vida más plena.

 

 

P.S.: https://guanajuato.lasillarota.com/estados/2020-cabalas-y-profecias-del-ano-del-orden-2020-tercera-decada-tercer-milenio-numero-4/348797

https://somosprincipios.es/politica-el-arte-de-sumar/

https://introvertidamentetuya.com/aislamiento-social-sintomas/, http://www.ieee.com.es/educar-positivo

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