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El mejor amigo del Hombre…

Escrito por Omar Castro Catedrático de la Universidad Mundial Campus La Paz en Lunes, 06 Enero 2014. Publicado en Jesús Omar Castro Cota, Literatura

Por razones de carácter laboral y por un periodo de seis años, estuve viajando a la Ciudad de México en más de cien ocasiones. Lo suficiente para que estos viajes -contrario a lo que se piensa-, hicieran polvo el glamour de las terminales aéreas, de los hoteles, los restaurantes, y los centros de interés de la gran metrópoli. Pero había también otras grandes recompensas; las librerías que ofrecen toda clase de novedades para el caleidoscópico gusto de los lectores. Dicen que el mejor amigo del Hombre, es el perro. Esta afirmación no nos ayudaba mucho en el supuesto de andar cargando con un cachorro San Bernardo; un labrador o un inquieto perro salchicha. Por lo tanto, tuvimos que asumir otras amistades menos alebrestadas y que ocuparan menos espacio y nulas necesidades fisiológicas y alimenticias. Los libros.

De ahí que, descartadas las compañías caninas, optamos por el mejor amigo del Hombre; cualidad de los libros ganada a pulso por sus obvias características físicas, y en lo fundamental, por el mundo que se abre ante nuestros ojos y frente a nuestra inteligencia, una vez que hemos recorrido sus páginas. Adicionalmente, el libro te hace olvidar cualquier ruido extraño de un artefacto que se mueve a más de 800 kilómetros por hora y a 30 mil pies de altitud; bolsas de aire, lluvia, rayos, turbulencias, y conversaciones intrascendentes con personas que jamás vas a volver a ver en tu vida. Son tu refugio; tu caparazón y tu escudo. Pero el libro es más que eso; el libro te divierte y te enseña; te hace pensar y acrecienta tu horizonte cognitivo. Del mismo modo, aligera la espera en una sala de hospital; en los prolongados turnos en un banco; en las maratónicas antesalas para ser atendidos en una oficina de gobierno; en las filas que se hacen para pagar el impuesto predial, el teléfono, el agua, la electricidad, la señal de televisión, la tenencia vehicular, y el lavado del auto.

Con un libro en las manos y sin moverte del lugar en el que estás sentado, puedes viajar montado sobre las alas de la imaginación, a miles de kilómetros para situarte al otro lado del mundo, y también, montado en la máquina del tiempo, ubicarte años o siglos atrás, gracias a los escritores que con su talento provocan verdaderos terremotos o tsunamis neuronales, que igual te pueden arrastrar a sesudas reflexiones como hacerte reír o llorar. Eso son los libros. Sin embargo, las estadísticas que aplican para México en torno al promedio de lectura, te dejarán más frío que el témpano que rasgó el casco del Titanic. 2.3 libros en promedio de lectura al año entre la población mexicana, según la Cámara Nacional de la Industria Editorial (CANIEM).

Luego entonces, es fácil entender el ¿por qué? México se ubica en los últimos lugares en lo que se denomina “comprensión lectora”, no sólo entre las personas en edad escolar sino de la población en general, según evaluaciones realizadas en más de 60 países, por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).  

¿Cómo se encuentran otros países? Por citar algunos, Alemania, Francia, España, Italia, y Portugal, están por encima de 10 libros en promedio anual. Y para rematar, ya desde 1999, el filósofo italiano Giovanni Sartori señalaba en su libro Homo videns, que la población de América latina se aplica en la red informática, durante 130 millones de horas a la semana, las mismas horas que se destinan a la televisión. Y que la mayor parte de este tráfico es comercial y para llevar a cabo pequeñas cuestiones de orden práctico. En el mismo sentido, vale la pena conocer lo expresado por el escritor y semiólogo Umberto Eco, en una cita de Sartori (1999): <<No podremos prescindir de los libros. Si me conecto a Internet y voy al programa Gutenberg puedo hacerme de toda la obra de Shakespeare. ¿Pero por qué tendría que saturar el ordenador  con una masa de bites […] y luego esperar dos semanas para poder imprimirlo, cuando por 5 dólares […] puedo comprar la edición de Penguin?>>. Lo anterior reafirma el fenómeno que aqueja a las generaciones recientes; generaciones visuales que apuestan más a la imagen, al color y la forma, apartándose de la lectura, y con ello, a la posibilidad de desarrollar y provocar procesos mentales más complejos que permiten una mejor comprensión de la realidad y mayor capacidad para la toma decisiones. Sartori, es más categórico aun: “Apartándose de la lectura, han perdido la capacidad de entendimiento”. Así que, amigas y amigos, hay que leer, y hacerse acompañar de un buen libro, siempre y en cualquier lugar. Ya lo decía Santa Teresa: “Lee y conducirás; no leas, y serás conducido”.

Comentarios (1)

  • Andrés

    Andrés

    08 Enero 2014 a las 17:17 |
    Profe Omar, esperamos que nos recomiende algunos nuevos amigos (¡Libros!). Felicidades por su artículo.

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