• werr
  • wer
  • weeee

Revista Tamma Dalama: DE LA MENTIRA A LA FALSEDAD: LA POST-VERDAD Y LA IMPOSIBILIDAD DEL DERECHO PARTE III (Dr. Paolo Savarese)

Escrito por Tamma Dalama, Universidad Mundial. en Miércoles, 14 Noviembre 2018. Publicado en Revista Tamma dalama, Revista Universitaria Tamma Dalama, Tamma dalama, Tamma dalama, Universidad Mundial

Revista Tamma Dalama: DE LA MENTIRA A LA FALSEDAD: LA POST-VERDAD Y LA IMPOSIBILIDAD DEL DERECHO

Por: Dr. Paolo Savarese [1]

Traducción: Dr. Ricardo Castañón Ruiz[2] *

Revisión Traducción: Dr. Mario Varrica[3]

 
 


[1] Este ensayo es el fruto de la enseñanza recibida por mi último y más grande maestro, Francesco Maria Piccari (1927-2008). Franco, ingeniero profesional e investigador de la CNR, una vocación pensante capaz de dominar, tanto de manera personal como profunda y original, diferentes campos del conocimiento, desde las matemáticas, en particular, desde la física, la filosofía y la teología, sin mencionar algunas patentes que son el resultado de intuiciones deslumbrantes, como la de la desalinización del agua de mar. Algunas líneas sobre él, sobre su perfil excepcional de hombre y científico, sobre la enorme influencia que tuvo en mi forma de pensar, las escribí al final de “Introduzione ed Diritto y Episteme” (Ed. Nuova Cultura, Roma 2014) que es el primer trabajo completo en el que presento su enseñanza. (Esta nota sobre el Ing Francesco Piccari continúa en el final del trabajo –Nota del traductor-).

[2] Traductor del original en italiano al español. El Dr Ricardo Castañón Ruiz es investigador de la Universidad Mundial. Al final del texto se presenta algunas consideraciones sobre la traducción.

[3] Revisión de la traducción. El Dr. Mario Varrica es profesor de idiomas de la Universidad Mundial.

 

De lo que se ha dicho a propósito de los imaginarios y de los reales, de cómo funcionan siguiendo reglas inversas, está claro que lo verdadero y lo falso no están en números, estos son siempre verdaderos, portadores de la verdad, sino en las relaciones entre números y el juego de símbolos en el qual aquellas relaciones se realicen operacionalmente. La falsedad se anida en el significado de los símbolos, de las palabras; las interpretaciones de los símbolos, de las palabras, que acreditan como verdad la falsedad o como falsa la verdad. Es aquí que podemos sugerir las ficciones y falsificaciones. Es porque el significado de símbolos y de las palabras ocultan y contienen la posibilidad de la falsedad. El símbolo interpretado en un cierto modo, esconde el error y esto crea la falsedad. Si el símbolo se interpreta correctamente, el error se manifiesta y no hay falsedad.

Se nota que, en el reino de la post-verdad, tales precisiones y distinciones no tienen más sentido, porque es el reino del absurdo, o sea, de la nada, lo internamente contradictorio y, por lo tanto, autodestructivo incluso antes de enfrentar cualquier condición de existencia, que se convierte en ser y el principio de ser, de conocimiento y de acción, de construcción de todo el mundo institucional. En este ámbito imaginario, la interpretación también sigue esas reglas y la misma falsedad se disuelve, vale decir, se afirma de forma generalizada y sin resistencia. No tiene más sentido recurrir a la verdad, en cualquiera de sus niveles y configuraciones, porque es un obstáculo inútil y, como tal, debe ser expulsada del horizonte de la vida humana. Aquí si deberíamos analizar algunos comportamientos de los números imaginarios, en los cuales, por ejemplo, las potencias son recursivamente iguales a sí mismas, por lo que parece que el número está mintiendo[1]. La recursividad del imaginario encuentra aquí una importante posibilidad de lectura. Esta recursividad, sin embargo es un síntoma y un indicio, sino una prueba de que la sustitución del imaginario por el real en su complejidad, implica como llave operativa de fondo la petitio principii y esto produce todo lo contrario de cualquier forma, incluso no ideológica, del progreso, es una fuente de estasis y, finalmente, de muerte.

Esto tiene enormes implicaciones en el mundo real, sobre todo en lo social e institucional, en donde deviene indistinguible lo real, que es complejo, o sea representable por un vector que suma en sí, fusionando, lo real y lo imaginario, de lo imaginario y se llega a la sustitución de lo real con lo imaginario. Es decir, se opera con los reales siguiendo las reglas de los imaginarios, piensando que esas son las reglas de los reales! Esto significa vivir en la falsedad. Las reglas y los principios de las interpretaciones se convierten en los imaginario identificado, o sea en la post-verdad. La realidad es abolida a favor de su imagen de cabeza e invertida, que va a expulsar la realidad misma y a su correcta interpretación. La virtud es expulsada por el vicio y este pretende de ser virtud, la ficción de la verdad. Esta dinámica, que es la de la utopía, o sea, la construcción de un mundo nuevo a medida del hombre y en detrimento del mundo real, considera de por sí inadecuado para la vida auténticamente humana, es otra forma de considerar malvado al mundo real. Esto lleva a un empuje ciego la operación inversión/poner de cabeza/reemplazo y conduce por su naturaleza a la imposición y a la violencia totalitaria. Si se agrega que este poner cabeza, porque está inmerso en el mundo imaginario, puede proceder inadvertidamente, al menos por un cierto tiempo, disfrazado precisamente como falsedad. La referencia es al totalitarismo dulce de lo políticamente correcto, que en realidad es un veneno que se convierte en una prisión y, en las relaciones civiles, una fuente de violencia organizada y perpetrada a través de las instituciones jurídico-políticas. Incluso el Derecho y su administración vuelcan en su opuesto/inverso y tutelan, como se mencionó, los empujes entrópicos de las relaciones humanas y sociales, transformándose así en una capucha insoportable, desprovista de un marco de orden y consecuentemente totalitaria

No basta con referirse, en este contexto, al análisis orwelliano del control del lenguaje, de las opiniones, de los sentimientos, no es suficiente para desenmascarar las definiciones o nociones legales que ocultan la realidad y a menudo la ponen de cabeza[2]. No basta con observar cómo el lenguaje opuesto/invertido de la post-verdad, o sea de la neolingua de lo  políticamente correcto, exige y obtiene el poder ejecutivo del Derecho, el privilegio soberano, para imponerse en su soberana intolerancia. No basta denunciar las afirmaciones generalizadas de la mentira sistémica y total, su celebración como en el Oxford Dictionary de 2016, que se convierte en clave y tela de construcción del mundo entero. La denuncia misma de la falsedad, con los análisis relacionados, vienen marginados por la propagación de la puesta de cabeza de la realidad en el inverso de lo opuesto de sí mismo, puesta de cabeza que se convierte en vicio, o sea en un habitus negativo difuso e institucionalizado, hasta convertirse en la clave constructiva de nuestro mundo, o lo que queda de él. El vórtice que engulle todo es el triunfo de la nada y el nihilismo, de los cuales la interpretación imaginaria, vuelta de cabeza genéticamente en su opuesto/inverso, es uno de sus pasos intermedios necesarios antes de convertirse en una forma de ser. Es una cárcel imaginaria, la prisión de lo imaginario, que piensa en triunfar. Para combatir esta deriva, no basta, como se mencionó, el análisis del fenómeno, no es suficiente, es necesario descender al nivel de lo categorial. La distinción entre mentira y falsedad no es sostenible en el plano fenoménico y descriptivo, requiere un pasaje categorial. Esto, se accede a través de la infraestructura inteligible de la unidad imaginaria y más con la revelación del comportamiento de este, consciente no solo distinguir claramente mentiras y falsedades sino de leer con seguridad la relación del hombre con la verdad, o al menos, con la negación precisa de esta y las implicaciones y consecuencias anexas. Enfatiza una vez más, que el vicio rinde siempre homenaje a la virtud, pero también que la falsedad no es principalmente un problema ético-político, sino epistémico y categorial. Sólo de esta manera se podrá intentar de hablar de la falsedad, también y ampliamente de su eje ético-político, sin permanecer como víctimas y ser finalmente cómplices.

La afirmación de la post-verdad consiste en vaciar todas ab imis estas distinciones y en la sustitución no de fragmentos de la verdad por otras piezas de la verdad, el trabajo de la propaganda previa, sino del entero modo de relacionarse con la realidad y la verdad (verum), o mejor, en la alteración de las reglas de base elementales de la verdad. En este punto, desenmascarar una mentira, la alteración de un estado de hecho con otro estado de hecho, la superposición de una narrativa a una reconstrucción rigurosa y honesta de los hechos, no tiene más el terreno donde puede apoyarse, porque apoya su base imaginaria, que todos, o casi todos, consideran sólidas y consistentes, es decir, enraizado en la realidad. La equivalencia de las narraciones, asi acariciadas en las relaciones interhumanas y en las prácticas comunicativas dominantes, se mueve en la dirección de la falsedad, pero llega a ella completamente solo en el momento en la narración reemplaza cualquier otra forma de discurso y se impone como la única clave para lectura de la realidad, ahora desaparecida bajo el horizonte del discurso y, por lo tanto, como su exclusiva clave constructiva. Está claro que lo jurídico resulte alterado (ab imis) y que la reivindicación auto determinativa se impone como el único punto de apoyo imaginable, como el único nervio del Derecho. Post-verdad: la erección de la ficción en clave sistémica en la relación con la realidad, implica la total cerrazón en la autorreferencia y la abolición tout court  (de todas) de la otredad. Sigue la abolición previa y programática de cualquier referencia a la justicia y construcciones jurídicas, ahora cumulo de fragmentos, no podemos más  transmitir ni el reconocimiento ni prácticas cooperativas, de modo que las instituciones relativas permanecen en total extrañamiento de cualquier declinación elemental del estado de derecho y la participación democrática. Además, en estos supuestos, la controversia ni siquiera podría ser constituida, si no como una ficción, y los conflictos no podrían ser enfrentados o resueltos y su decisión permanecería sujeta a la fuerza y a la astucia. En definitiva, la post-verdad, clarificada, en su estructura categorematica, niega la posibilidad misma de Derecho y deja el campo libre a la violencia generalizada y la imposibilidad de la convivencia civil.

Uno debería preguntarse si tal inversión de la aproximación a la comprensión y custodia del orden social y relacional, legal, aparentemente liberal y progresista, no venga apoyado en un principio entrópico tan fuerte e irreprimible, que conduzca necesariamente, dando tiempo al tiempo, sea al Derecho como a la sociedad, a la disolución y a la muerte. En otras palabras, la falsedad, leída según la criba de los números imaginarios, introduce un empuje entrópico altamente destructiva potencialmente exaltado con respecto al empuje entrópico tanto en lo social como relacional resultante de la simple practica de las mentiras, de la comunicación engañosa. En juego no está una muy abstracta tolerancia axiológica, apoyada en la mesa entre paréntesis de la pretensión de verdad, sino la naturaleza de la sociedad y del Derecho y, en última instancia, su misma supervivencia.

Notas:

Continuación nota pie de página 1 -Sobre el Ing Francesco Piccari del Dr. Paolo Savarese.

“De Franco aprendí a buscar los perfiles más profundos de algunos números, y luego transferirlos a las estructuras y las enseñanzas en la interpretación filosófica del derecho, la política y de las realidades institucionales. En “Sussidiarietá e bene comune”, que ahora llega a la tercera y más amplia edición, he utilizado fragmentos de esta metodología intelectual. En este ensayo retomo y sistematizo su idea, de modo que el número imaginario, que siendo igual al inverso del opuesto, es la verdad de las mentira y que se expone y argumenta rigurosamente en el trabajo inédito: PIKKARIUS, Cóme ti euridisco il papa. Contestazione del teorema de K. Gödel", Solstizio d’estate, Roma, XXVI (pro manuscrito), Título 5, pp. 116-142. Alrededor de ese núcleo y los corolarios expuestos por Franco, intenté reconstruir el marco reflexivo esencial para hacerlo más fácil de usar, explicando algunos pasajes, he delineado la distinción conceptual entre falsedad y mentira. Finalmente, decidí difundir el pensamiento de Franco sobre la mentira en el lugar que merece en el debate, hoy vivo y decisivo, sobre la postverdad y tengo algunas reflexiones proyectadas sobre la cuestión del Derecho en el horizonte, de este concepto de la postverdad. Al rendir homenaje una vez más, con convicción y reconocimiento al Maestro, asumo la responsabilidad de esta particular interpretación que le he dado a su pensamiento.”

Notas de Traducción *:

A fin de clarificar como se tradujo las palabras bugia y mezogna al español se tomó como base el dizionario Treccani para la lengua italiana y el diccionario de la Real Academia Española para el idioma español:

Dizionario Treccani:

Bugia: 1. a.Falsa affermazione, fatta intenzionalmente per trarre altri in errore, o per nascondere una propria colpa, per esaltare sé stesso, o anche per celia e sim.; è parola più fam. di menzogna e indica in genere mancanza meno grave: dire una bugia, un monte, un sacco di bugie; dire più bugie che parole; b. pietosa, detta a fin di bene, per nascondere all’interessato una verità dolorosa; non dico bugie, quando s’affermano cose poco credibili.

Menzogna: Affermazione contraria a ciò che si sa o si crede vero, o anche contraria a ciò che si pensa; alterazione (oppure negazione, o anche occultamento) consapevole e intenzionale della verità(in questo sign. è meno pop. di bugia, che indica, di solito, una mancanza meno grave): la menzogna è sempre più credibile di una verità inaudita (Aldo Busi)

Diccionario de la Real Academia Española.

Mentira: 1. f. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente. 2. f. Cosa que no es verdad. “Se leen muchas mentiras en esta novela”.

Falsedad: 1. adj. Fingido o simulado. Sonrisa falsa. 2. adj. Incierto y contrario a la verdad. Citas falsas. Argumentos falsos. 3. adj. Dicho de una persona: Que miente o que no manifiesta lo que realmente piensa o siente. 5. adj. Dicho de una cosa: Que se hace imitando otra que es legítima o auténtica, normalmente con intención delictiva.

 

Con base a lo anterior se ha traducido en el texto como:

  • Bugia    como     mentira
  • Menzogna          como   Falsedad:


[1] Por ejemplo. 𝑗 = 𝑗5 = 𝑗9 = 𝑗13 y recursivamente, así como: 𝑗2 = 𝑗4 = 𝑗10.

[2] Piense en la eutanasia que convierte el asesinato en un acto de compasión; leyes para apoyar la maternidad que hacen del aborto un derecho; o cuántas reformas destruyen aquello en lo que están involucradas, sobre todo en el ámbito administrativo; o de nuevo, en. leyes de simplificación legislativa, que complican la vida jurídica, etc.

Déje un comentario

Estás comentando como invitado.