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Revista Tamma Dalama: EL AGUA COMO UN BIEN ECONÓMICO PARA EL DESARROLLO REGIONAL EN MÉXICO escrito por Lorenzo Fidel Cota Verdugo

Escrito por Tamma Dalama, Universidad Mundial. en Jueves, 18 Octubre 2018. Publicado en Revista Tamma dalama, Revista Universitaria Tamma Dalama, Tamma dalama, Universidad Mundial, Universidad Mundial, Universidad Mundial BCS, Universidades en BCS, Vinculación Universidad Mundial

 

 

Lorenzo Fidel Cota Verdugo 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste S.C. Mar Bermejo No. 195, colonia Playa Palo de Santa Rita, C.P.23090. La Paz Baja California Sur, México. Teléfono: 01 (612) 123-84-84, Fax: (612) 125-36-25.
Correo electrónico:  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Resumen:

En el contexto de las zonas áridas del país, especialmente en las zonas norte y noroeste de México, el grado de escasez de agua día con día se hace más evidente: el crecimiento económico por efectos, entre otros, del crecimiento poblacional demanda una cantidad cada vez mayor de alimentos provenientes del campo, que para producirlos, se tiene que multiplicar la producción demandada, por la misma base, es decir la misma cantidad de agua autorizada y disponible. 

En este sentido, la propuesta de este trabajo conlleva a la búsqueda de nuevas opciones que permitan eficientar en el uso, manejo y preservación del recurso agua como pilar del desarrollo regional. La propuesta, en este sentido, es crear mercados de derechos de agua. Aunque en México aún no se ha consolidado una estructura de mercado, en este sentido, se ha modificado como primer paso la legislación respectiva y existe jurídicamente la figura para crearlos.

Los beneficios proyectados, es la utilización de aguas ociosas en forma de sobrantes o excedentes a través de un precio de mercado, reutilizando las asignaciones otorgadas y no presionar un aumento de la oferta ante el crecimiento de la demanda.

 

Palabras clave: Mercados de derechos de Agua, demanda, oferta, precio, volúmenes asignados, desarrollo local y regional, premisas.

 

1. Introducción.

El agua dulce es un recurso natural escaso, que por efectos de distintos fenómenos se vuelve cada vez más valioso económicamente y más esencial en términos de servicio y necesidades sociales. (CEPAL 1995, 3).

Su manejo y conservación adecuados requieren instrumentos legales idóneos, que aseguren por un lado a inversión privada en el desarrollo del potencial económico del recurso y posibiliten por el otro su adecuado control en función de objetivos ambientales y sociales. (CEPAL 1995, 3).

El desarrollo de las regiones, no escapa a este insumo y representa la piedra angular del desarrollo local. El sector privado, debe ser motivado a invertir en el desarrollo del agua, en este sentido a nivel nacional y local falta mucho por hacer en cuanto a legislación se refiere, aunque en México hay avances, por un lado la definición clara y expedita de los derechos de propiedad del recurso debe tener una transparente definición que establezca su pertenencia y por otro las regiones agrícolas aceptar un patrón de cambios que los lleve a un uso efectivo y beneficioso del recurso y fomente una cultura de ahorro de lo existente; importante es buscar la manera de vincular a los agentes económicos con los recursos productivos buscando estructurar una visión en largo plazo de sustentabilidad y sostenibilidad del recurso para aquellos que también tienen el derecho de uso y goce de lo que la naturaleza nos provee.

Es un hecho reconocido que el deterioro del medio ambiente está llegando a situaciones insostenibles, el agua como un recurso vital y con una función social de innegable importancia, está protagonizando este deterioro de manera muy acelerada, si tomamos como antecedente el rápido crecimiento de la población (no solo el aspecto de la multiplicidad de ésta sino también de las actividades económicas que se desprenden de éste) y la creciente demanda del recurso.

En nuestro país la nueva estrategia para tener un patrón estructural del manejo y gestión del agua, es la administración por cuencas; dividido el territorio nacional en 37 regiones hidrológicas[1].

En los últimos años el agua representa uno de los recursos más explotados en el planeta, fuertes problemas (políticos, económicos, antropológicos, ecológicos, etc.), se han suscitado alrededor de ella y han capitalizado en severas diferencias entre las personas, comunidades, territorios y estados completos.

En el norte y noroeste de México, por sus condiciones naturales, con características meteorológicas particulares de las regiones desérticas, disponemos de un recurso hídrico limitado y sobre todo errático en su comportamiento, el fenómeno de las precipitaciones, es prácticamente asimétrico, como bien podemos esperar precipitaciones en determinadas fechas, estas se niegan. (Cota 2006, 4-5).

Aunque con un grado mayor de certeza, las épocas de huracanes son más efectivas; tanto que los picos más altos de precipitación se encuentran en los meses de septiembre y octubre, época definida por el Sistema Meteorológico Nacional, como la de mayor incidencia de éstos meteoros.

 

2. El paradigma del agua.

 

Tanto en el desarrollo regional como en el desarrollo sustentable, destacan las dimensiones territoriales de la economía y de la sociedad, estas toman otro carácter, cuando se trata de medir la distancia en que se encuentran las regiones del desarrollo y de la sustentabilidad o cuando se trata de instrumentar políticas que logren incorporar estos objetivos. Por un lado la identificación de las variables y su relación con los factores de desarrollo regional obedecen a las dimensiones exógenas y endógenas del proceso local de desarrollo, donde intervienen los actores, la disponibilidad de los recursos materiales, recursos humanos y del conocimiento y finalmente los factores antropogénicos. En segundo término, la preocupación por el medio ambiente en la actualidad es un tema que no está separado del desarrollo, dado que no es un asunto nuevo, pero que sí toma matices preocupantes en la actualidad, también es parte fundamental del proceso de desarrollo regional y local.

El agua, en un plan regional de manejo, se debe diseñar para enfrentar directamente una creciente crisis y promoverse la colaboración interregional para iniciar nuevas actividades productivas que contribuyan a diversificar la economía y proteger el medio ambiente.(Biswas 2001, 28-33).

Un patrón que se presenta y caracteriza a estas regiones, se refleja en las siguientes características: deficiente plan hidráulico, el riego intensivo y la incorrecta planeación del patrón de cultivos (cultivos de gran consumo de agua como el algodón, trigo, sorgo, etc.) han minado en forma considerable los niveles freáticos de mantos subterráneos, lo que ha disminuido las superficies de siembra en forma progresiva de más a menos y generado grandes superficies ociosas.

Desafortunadamente, la explotación de tan vasto recurso otrora tiempos y consecuentemente el desarrollo económico de las regiones del norte y noroeste del país, se han visto drásticamente limitadas por la escasez del recurso agua.

Como normalmente las lluvias y los escurrimientos superficiales son muy escasos y efímeros en estas regiones, y esporádicamente abundantes, aunque difícilmente aprovechables y hasta perjudiciales por su carácter torrencial, las únicas fuentes permanentes de agua se hallan en el subsuelo. (SARH, 1991).

A pesar de su lenta renovación, esto se torna peligroso en el tiempo, dada la dependencia única de una fuente subterránea, que para el caso de la mayoría de estas regiones productivas son de esta naturaleza, con algunas excepciones como el caso de Sinaloa que posee abundante agua superficial. Aunque el agua es un recurso renovable se vuelve un recurso “irrenovable” al analizar la situación de extracción y recarga y que regularmente la primera está muy por encima de la segunda, situación que mantiene a esta muchas localidades al límite de la productividad. Sin dejar de mencionar que la particular visión con la que se percibe el agua como un insumo de la producción y un bien con valor económico, ha cambiado de un estado “sin valor” a un bien comerciable, con la idea generalizada que muy pronto será uno de los recursos, económicamente, más codiciados.

De lo anterior es fácil deducir el papel preponderante que ha desempeñado el agua como factor de producción y la manera en que ha contribuido al desarrollo local, con efecto nacional; pero también se han detectado periodos de bonanza en algunas regiones que fueron altamente productivas en décadas anteriores, como la región lagunera, Valles como el de San Quintín en Baja California, y el de Santo Domingo en Baja California Sur. La situación actual de cada uno de ellos, es directamente proporcional, al uso y consumo del recurso donde una probabilidad real del planteamiento actual, es la falta de gestión del recurso, traducido en métodos de optimización de riegos eficientes enfocados en la producción agrícola, que se sustenta en el marco histórico de la producción regional.

 

3. La búsqueda de nuevas formas de desarrollo local.

En la antigüedad, el fenómeno del desarrollo tenía su sustento casi en su totalidad en la existencia “perenne” de los recursos naturales así, la Revolución Industrial, dio origen a un nuevo mundo económico y se empiezan a sentar las bases de la economía moderna pasando por las ideas y legados de sus precursores.

Los avances de esa época, marcan las directrices del desarrollo local en función de los recursos naturales y los descubrimientos tecnológicos a partir de la máquina de vapor; le fueron sucesivas la segunda y tercera revolución industrial, la era del motor de combustión interna y el descubrimiento de las telecomunicaciones respectivamente pilares de la era moderna que vivimos. Las actividades humanas no han cambiado en gran medida, seguimos produciendo artículos para diferentes necesidades, el imperio del comercio se ha extendido por todo el mundo, han cambiado las estrategias de comercialización se han llegado a acuerdos a través de tratados internacionales, etc.

En lo que no se ha reparado con conciencia es que la base del desarrollo cualquiera que sea su modalidad son los recursos naturales y se han explotado con visión rentista más no sustentable.

En los últimos treinta años la preocupación ha tomado un carácter de alarma y ha movilizado y creado agrupaciones nacionales e internacionales con campañas a favor de la conservación y preservación de estos recursos pero… ¿no será muy tarde para algunos de ellos?...

Así, en el marco histórico que vivimos, la tecnología ha sido factor clave del desarrollo tecnológico con consecuencias económicas: aumento de la productividad, mejoras tecnológicas traducidas en innovaciones, con mejoras endógenas en empresas, instituciones y sociedades; en estas últimas, su inclusión como factor de desarrollo es decisivo dado que representan el factor social que hace posible, como recurso humano, el desarrollo de las potencialidades de una región.

Es también tarea de los gobiernos marcar las directrices del rumbo que deben tomar las comunidades que los integran; haciendo participes de estas, a las propias comunidades y sus habitantes, a la comunidad académica y a la iniciativa privada como parte del equipo que hará posible el despegue del desarrollo con gobernabilidad propia, a través de políticas de desarrollo:

 

a) La participación del estado con políticas públicas que puedan fortalecer y asegurar el desarrollo de territorios y comunidades, con el fortalecimiento de recursos estratégicos y la identificación de recursos potenciales endógenos[2]. (SAGARPA, IMTA.2002).

 

b) Y fomentando la actividad económica y el empleo productivo. (Albuquerque, et. al. 2002, 10).

 

Para la regiones que se mencionan del país, ¿cómo adaptar un modelo de desarrollo local (estático o dinámico) partiendo de que una de las actividades con mayor dinamismo, ha sido la agricultura desde sus inicios como actividad económica y sustento social, y que hoy sobrevive de manera limitada?, ¿Qué se puede proponer como mecanismos alternativos y eficientes para el ahorro del agua?, ¿Con que otras potencialidades endógenas cuentan las regiones susceptibles de explotación?, ¿Qué disposición tiene la población de adaptarse a un cambio en sus actividades y emigrar a otra actividad productiva?

Para dar respuesta a estas preguntas es necesario partir de las condiciones en las que se encuentra las regiones en la actualidad.

ÁREA DE ESTUDIO.

México, es un país que tradicionalmente cuenta con regiones identificadas, el suroeste, como una región sentada geográficamente en cuencas[3] de agua, y las regiones norte y noroeste, con una apreciación totalmente contraria, mientras que en el sur hay grandes volúmenes de agua superficiales y subterráneas, la presencia de lluvias frecuentes y abundantes, en el norte y el noroeste, básicamente se depende de los mantos acuíferos subterráneos y la dependencia del vital líquido se aquilata en la medida que transcurre el tiempo y se vuelve más escasa. El grado de presión sobre el recurso hídrico, indica que existe una fuerte presión sobre el recurso de más del 40%, documentada por la Comisión Nacional del Agua.

[4] Hay regiones drásticamente dañadas en cuanto a la calidad y disponibilidad del recurso, producto de una gestión basada en la rentabilidad de cultivos omitiendo, bajo esa visión, el aspecto sustentable.[5]

PREMISAS BÁSICAS.

En razón de un cambio institucional, una gestión más razonable exigiría favorecer prioritariamente las transferencias de agua entre usuarios próximos y no entre territorios lejanos, así como promover las transferencias voluntarias y no las forzadas, propiciando el marco jurídico y la infraestructura necesaria para su realización. (Ciudades No. 43, 9-15)

Facilitar la reasignación de agua entre los usuarios requiere, por una parte, el reconocimiento de las personas o entidades que son titulares de los derechos a usar o vender el agua y por otra el establecimiento de la normatividad que facilite y oriente los nuevos mercados de aguas para asegurar su uso efectivo y beneficioso. (Solares 1996, 83-96), bajo las siguientes premisas:

El diseño de los lineamientos de política y de los mecanismos para llevarlos a la práctica está basado en cinco premisas:

1) El desarrollo de la Región debe darse en un marco de sustentabilidad.

La sustentabilidad del desarrollo debe anteponerse al interés económico y político inmediato, por lo que se requiere una reformulación fundamental del proceso de toma de decisiones, para que en la planeación del desarrollo se logre la plena integración de los factores económicos, sociales, políticos y ambientales; solo así se tenderá a obtener conjuntamente el bienestar social y el crecimiento económico y la preservación del medio natural, en beneficio de las generaciones actuales y futuras. La programación hidráulica debe atender las necesidades de la población y de las actividades productivas equitativamente, así como prevenir y en su caso, corregir los impactos ambientales negativos generados. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006, 26-28).

 

2) El agua es un recurso estratégico de seguridad nacional.

Se reconoce que el agua es uno de los recursos principales, si no que el más importante, del crecimiento económico y elemento indispensable para la renovabilidad de muchos otros recursos naturales indispensables en la transformación productiva y para la vida misma. Por eso, una de las bases del desarrollo de la nación; en general a través de sus regiones, debe ser la administración sustentable de recursos hidráulicos. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

3) La unidad básica para la administración del agua es la cuenca hidrológica.

La sustentabilidad del desarrollo debe asociarse, además de a una serie de objetivos claros, a un territorio definido que contenga los elementos y recursos naturales necesarios para la subsistencia del hombre, así como a los procesos de gestión que se deben dirigir para alcanzar dichos objetivos. Al respecto, la cuenca hidrológica es el territorio natural, delimitado por las zonas de escurrimiento de aguas superficiales que convergen hacia un mismo cauce, y en el que se observan condiciones particulares en aspectos físicos, biológicos, económicos, sociales y culturales. Por lo tanto, las cuencas hidrológicas poseen un valor único como base de coordinación de actores ligados a un recurso común, como es el agua.

Esta premisa es fundamental para conciliar intereses ubicados dentro de límites políticos que la naturaleza no reconoce ya que una cuenca de la Región puede abarcar partes de diferentes municipios o estados, cuyos intereses habrán de integrarse en una administración a nivel de cuenca (y luego de subregión y región) para que puedan encontrarse soluciones reales, tanto en el planteamiento como en su ejecución y seguimiento. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

4) El manejo de los recursos debe ser integrado.

La importancia del manejo integrado de los recursos naturales responde a la necesidad de restaurar y mantener el equilibrio de los ecosistemas, vistos desde un enfoque sistémico en el que cualquiera de sus partes genera efectos en el sistema completo. La interrelación que guardan el agua, el bosque, el suelo y el aire implica que las estrategias de manejo deban diseñarse para el conjunto, no para elementos aislados.

El deterioro y aún pérdida de bosques y suelos en la región ha corrido al parejo del manejo no sustentable del agua, esta premisa es fundamental para la recuperación de todo el conjunto de recursos naturales e incluso para la preservación de la vida útil de sus almacenamientos. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

5) Las decisiones deben tomarse con la participación de los usuarios.

La inclusión del punto de vista de los usuarios del agua en la elaboración de planes y programas de manejo hidráulico es indispensable para el desarrollo sustentable, ya que son ellos los afectados principales con la aplicación de políticas relativas al recurso, tanto en su uso directo como en sus actividades productivas y en la calidad de su entorno. De aquí también surge la importancia de promover una participación responsable de los usuarios del agua y la sociedad en general, quienes además de tener derechos, compartan obligaciones en el manejo sustentable del recurso, con base en una correcta valoración del agua en términos económicos, sociales y ambientales.

Afortunadamente, en este sentido, la región es pionera en abrir espacios a la participación social organizada para la definición de acciones relacionadas con el manejo de los recursos hidráulicos, espacios que habrá que ampliar, multiplicar y fortalecer para dar cabida a una nueva vía hacia el desarrollo sustentable.(Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

 

Mecanismos económicos y financieros.

La solución del problema financiero que enfrenta la sociedad para atender sus demandas en relación con el agua es también punto central de la nueva política. La baja capacidad financiera que presentan las distintas regiones a través de distritos y unidades de riego, ha afectado también su capacidad técnica y administrativa, y ha reducido con ello la posibilidad de un manejo autónomo y sustentable.

Como punto central de las estrategias para alcanzar un aprovechamiento del agua eficiente, equitativo y ambientalmente aceptable, se refuerza el concepto del agua como un bien económico en sustitución del concepto del agua como un bien libre. De ahí que la política hidráulica comprenda la introducción de sistemas de precios y otros incentivos económicos, como el Mercado de Derechos de Agua.

De tal manera que la política conjunta contiene dos vertientes principales:

a) Una mayor participación de la sociedad en el financiamiento de las obras y acciones que la benefician, lo que induciría a un uso más eficiente del agua por la vía de precios e incentivos económicos.

b) Un conjunto de políticas y medidas encaminadas a sanear y fortalecer las finanzas de los sistemas usuarios con el objetivo de lograr su autosuficiencia financiera y productiva en el corto y mediano plazo, principalmente por medio de sistemas tarifarios que permitan recuperar el costo total de los servicios que proporcionan.

 

Por otra parte, será necesario el ajuste sistemático de lo que se establece en la Ley Federal de Derechos de agua vigente de modo que responda como instrumento para aplicar con mayor racionalidad y equidad dos principios básicos: primero, que el agua tiene un valor económico en función de su disponibilidad y segundo, «el que contamina, paga».

Será deseable crear un Sistema Financiero Regional del sector, que podría empezar por el registro de los flujos actuales y continuar con la identificación y promoción de mayores recursos al sector, que podrán provenir de nuevas fuentes o de un mejor aprovechamiento de las actuales. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

 

Mecanismos para el desarrollo tecnológico.

Para enfrentar adecuadamente los problemas de las Regiones, será necesario impulsar la ciencia y la tecnología, y ponerlas a disposición de la sociedad para satisfacer sus demandas. Lo anterior se orienta a lograr el uso eficiente del recurso, tanto en el medio rural como en el urbano, y en un gran sistema como entre usuarios individuales.

La CONAGUA y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) son las instituciones encargadas de encabezar este esfuerzo científico y tecnológico, y coordinar la participación de universidades, centros de investigación y otras instancias.

En este sentido debe aprovecharse la privilegiada dotación de centros docentes y de investigación de las subregiones y promover su interés por participar en la solución de su problemática hidráulica peculiar y vincular las actividades científicas y tecnológicas de las instituciones regionales a los problemas que enfrentan los usuarios y las instituciones que tienen a su cargo algún aspecto de la gestión del agua.

Esto es válido tanto en el campo de la investigación básica y aplicada como en el de la formación de recursos humanos a nivel profesional como técnico, y asimismo en la capacitación de los usuarios y de los funcionarios y del personal técnico y administrativo de todas las instituciones relacionadas con el sector.

En todos esos campos se deberá tener presente una agenda clara que priorice los requerimientos concretos que plantea el uso sustentable de la región tal como se expresan en los objetivos regionales, y entre los que destacan las temáticas cruciales como: administración del agua, monitoreo y modelación de acuíferos y cuerpos de agua, prevención y combate a la contaminación, uso eficiente en riego, industrias y poblaciones, técnicas de comunicación, organización y participación, mejoramiento y, o creación de instrumentos jurídicos y finanzas del agua. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

 

Mecanismos de participación social.

 

La experiencia internacional demuestra que la evaluación y solución a los problemas hidráulicos se puede efectuar mejor en el ámbito local, por ser los propios usuarios y autoridades locales los que conocen con mayor detalle la problemática y por consiguiente, pueden plantear, con el apoyo técnico correspondiente, las mejores opciones de solución que tomen en cuenta los factores propios de la zona, como su evolución histórica, idiosincrasia y condiciones climáticas específicas.

Se ha encontrado también que un elemento esencial para el éxito de las acciones emprendidas es la continuidad de los programas planteados y el convencimiento pleno por parte de los usuarios de la necesidad de las acciones por desarrollar y de los beneficios que éstas generan; por tanto, la participación de los usuarios es fundamental desde la caracterización y jerarquización de los problemas de la zona hasta la ejecución de las acciones para resolverla.

El usuario representa el eslabón que proporcionará la continuidad requerida a las acciones planteadas para alcanzar los objetivos previstos. Las instituciones y los funcionarios cambian, pero los usuarios permanecen, por lo que se considera indispensable su participación en el nuevo esquema de manejo del agua.

En una dimensión general, se contempla la participación de la sociedad a través de foros de consulta, congresos y simposium para dar a conocer avances tecnológicos y mejores prácticas para la administración del recurso. Con estas acciones se promueve la participación de la sociedad en la definición de la problemática en la región, así como en el desarrollo e implantación de las soluciones.

Los programas para difundir las acciones que se han implementado para satisfacer las distintas demandas de la población son de vital importancia, por lo que se busca el apoyo de las instituciones educativas en las regiones y de los medios masivos de comunicación, así como de las asociaciones de usuarios, con objeto de cubrir la mayor parte de la población receptora. (Programa Hidráulico Regional 2002-2006).

 

Conclusiones:

 

La mejor opción política en el corto plazo para mejorar la asignación del agua es crear entidades de gestión del agua por cuenca o región donde participen los propios usuarios, estado y la sociedad civil.

Los Mercados de Agua son el foro de asignación del agua con mayor potencial en cuanto a la posibilidad de mejorar la eficiencia en el uso del recurso. Junto con su paulatina implementación será necesario evaluar muy cuidadosamente todos los efectos tanto positivos como negativos que se producen con este método de asignación.

Para evaluar con mayor precisión el funcionamiento de los mercados, es imprescindible contar con buenas estimaciones de las tecnologías utilizadas en la producción de los distintos cultivos.

Un hecho que no debe pasarse por alto cuando se desea evaluar el funcionamiento de un Mercado de Agua, es el entorno institucional en el cual funciona dicho mercado. Una adecuada reglamentación es una condición necesaria para el funcionamiento exitoso de este tipo de foros. En este sentido deberá analizarse con gran cuidado el papel que en adelante deberá tener el estado en el manejo del agua en la agricultura.

El Mercados de Derechos de Agua está sujeto a condicionalidades de uso efectivo y beneficioso antes y después de la transferencia de derechos, por tanto deben de tener un carácter flexible y exigible, de lo contrario no se podrían atacar la aparición de fallas de mercado.

Los mercados de agua, son promoventes del desarrollo local y regional en condiciones de regulación y control adecuados son un instrumento para la promoción eficiente de los recursos hídricos; estas condiciones se resumen de la siguiente manera: 

  • Información adecuada.
  • Legislación y derechos claros y confiables.
  • Un sistema claro de administración de los recursos hídricos y los derechos de agua.
  • Exigencia del uso efectivo y beneficioso.
  • El regulador deberá tener el control de las transferencias bajo marco normativo claro y preciso.

La propuesta de implementación de un Mercado de Derechos de Agua en regiones áridas de México, especialmente en el norte y noroeste del país, obedece a que se presentan condiciones, infortunadamente adecuadas, dado el grado histórico de explotación de los mantos acuíferos de estas regiones y las necesidades actuales de mantener una agricultura que represente una base económica regional y el aprovechamiento endógeno de los recursos existentes y explotables (pesca, madera, etc.), como actividad secundaria que permitan el crecimiento y desarrollo sostenido y ascendente de estas regiones.

 

BIBLIOGRAFÍA.

1. Aguilar Nery, Jesús. 1999. Hacia una conceptualización del agua como recurso., CIUDADES. Año 10. Vol. (43):9-15.

2. Albuquerque Francisco, Llorens Juan Luis, Del Castillo Jaime. Estudios de Casos de Desarrollo Local en América Latina. http://www.economia.gob.mx/pics/p/p2761/cipi_1Adeseconomicolocal-bid.pdf. (9-11)

3. Biswas K. 2001 Crisis de los Recursos Hídricos., Capitulo II., Innovaciones mexicanas en el manejo del agua., Barkin David (comp.) Gospa ed. México.

4. CEPAL. 1995. Mercados de derechos de agua: Entorno legal. División de Recursos naturales y Energía.LC/R.1485. Enero. Ver. Español.

5. C.N.A. 2003. Programa Hidráulico Regional 2002-2006. Península de Baja California, Región I. Comisión Nacional del Agua. México.

6. Colby B.G. 1999. ¿Funcionan los mercados de agua? Transacciones de mercado y conflictos en los estados del suroeste. En F. Aguilera Klink ed. Economía del agua. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

7. Comisión Nacional del Agua. 2001. Fuentes y Técnicas alternas para el Abastecimiento de Agua., “Diagnóstico sobre alternativas para mejorar el abastecimiento de agua en zonas áridas costeras, en el noroeste de México. Krober Jurgen., Comisión Nacional del Agua, Centro para Migración y Desarrollo Internacional de Alemania. México, D.F.

8. Cota, Fidel. 2006. Mercado de Derechos de Agua para Uso Agrícola: Caso Valle de Santo Domingo, Baja California Sur. México. Tesis de maestría en economía del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales. Universidad Autónoma de Baja California Sur.

9. Garrido, A. 2000. Ventajas y limitaciones del uso del mercado en la asignación de los recursos hídricos, VIª

Conferencia Internacional del Seminario Permanente de Ciencia y Tecnología del Agua, Iberdrola, Valencia.

10. Gobierno del Estado de Baja California Sur. 2002. Cuarto Informe de Gobierno 2002 – 2003, Anexo Gráfico

y Político, Centro Estatal de Información (CEI), La Paz Baja California Sur, México.

11. Lee, T. y A. Juravlev. 1998. Los precios, la propiedad y los mercados en la asignación del agua. Santiago de Chile, Cepal, Naciones Unidas.

12. López, Pérez Mario. 2003. Cambio en el Paradigma de la Gestión del Agua en México. Ponencia presentada en el III CONGRESO LATINOAMERICANO DE MANEJO DE CUENCAS HIDROGRAFICAS., Comisión Nacional del Agua, Arequipa, Perú.

13. Naredo, José Manuel. y Parra Fernando (Comps.). 1993. Hacia una Ciencia de los Recursos Naturales, “Valoración Económica y Valoración Ecológica”: CA, Joan Martínez Alier, Siglo XXI, Madrid España. Mundi-Prensa, Madrid.

14. Plan Nacional de Microcuencas, Región Sur. Productor, Roberto Menéndez. Director, Guillermo Hernández. Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua. Jiutepec, Morelos. México, 2002.

15. SARH. 1989. Sinopsis Geohidrológica del Estado de Baja California Sur. Sistemas Gráficos E, S.A. de CV. México, DF.

16. Sociedad de Historia Natural Niparajá, A.C. 1998. Diagnóstico Ambiental de Baja California Sur. Universidad Autónoma de Baja California Sur, Fundación Mexicana para la Educación Ambiental, A.C. FUNDEA – NIPARAJÁ- UABCS, La Paz, Baja California Sur, México.

17. Solares, Miguel. Mercados de derechos de agua: componentes institucionales. En Revista de la CEPAL No. 56,1996.pp 83-96

 

 



[1] Estadísticas del Agua en México. 2005.

 

[2] SAGARPA, Plan Nacional de Microcuencas. Región Sur. e Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua, Jiutepec, Morelos. México 2002. Por ejemplo, los Consejos Nacionales de microcuencas. Unidad básica de atención de los proyectos de conservación de los recursos y desarrollo comunitario. Promueven y desarrollan las capacidades locales de desarrollo para mejorar las condiciones y la calidad de vida de los habitantes del medio rural y representa la premisa básica del Plan Nacional de Microcuencas.

 

[3] Estadísticas del Agua en México. 2005.

[4] Estadísticas del Agua en México. 2005. Grado de presión sobre el recurso hídrico=volumen total del agua concesionada/Disponibilidad natural media de agua.

[5] El Valle de Santo Domingo, (VSD). Es una región que se encuentra en el municipio de Comondú Baja California Sur, su actividad principal es agrícola, ganadera y en menor proporción el comercio de diferentes bienes y servicios.(Programa Estatal de Ordenamiento Territorial, PEOT,1995)

Desde mediados del siglo pasado, en el auge de la agricultura en México, se descubre en esta región una gran cuenca subterránea con capacidad de riego de varios millares de hectáreas; y es así como se da inicio una prospera región agrícola que durante tres décadas (Finales de los 40, 50- 60’s), produce con gran capacidad cultivos de demanda mundial, especialmente el Algodón. (Trejo y González, 2002).

Dado el éxito de esta, empiezan a aparecer otras nuevas regiones al norte del estado, en los municipios de Loreto y Mulegé, y el Valle de San Juan Bautista Londó y el Valle de Vizcaíno; con un grupo de ejidos aledaños, en el segundo caso, dedicados a la misma actividad. La época de bonanza empieza a sentir el cansancio de la explotación de la tierra y del agua especialmente; a principios de los años 70’s. Así la desaparición de la actividad en grandes extensiones de tierras, que hasta nuestros días están a merced del abandono. (Cota 2006, 31)

La sobreexplotación del manto acuífero y la intrusión salina*, son el problema actual y es necesario instrumentar un mecanismo que fomente la cultura en el ahorro, el consumo que derivan de la escasez actual del recurso.(Cota 2006, 23)

El problema del agua es mundial, son muchos países los que se han dedicado a buscar alternativas para controlar su uso consuntivo, el reciclaje y su producción a través de plantas desaladoras, estas alternativas han venido a contribuir y aportar soluciones eficientes, aunque parciales al problema de escasez.

Primeramente, la búsqueda de alternativas es tarea difícil, la importación de un modelo que cumpla con las necesidades y objetivos de la región implica el estudio de las variables endógenas y exógenas en el tiempo y el espacio.

Esta comunidad ha funcionado como un sistema cerrado en donde el intercambio de información se da solo a su interior, las políticas, los recursos humanos y materiales, la gestión de los recursos financieros y la decisión de que y como producir han sido de carácter unidireccional y sin interacción de otros agentes que no sean los internos; el resultado actual es la grave crisis de una errónea administración del patrón de cultivos y la explotación del agua. No se consideró un enfoque holístico como parte del problema.

La intervención del estado no actuó como un agente regulador a través de políticas públicas que fomentaran estrategias basadas en la explotación sustentable del recurso y que exhibiera una eficiente actividad económica. Tal situación desembocó en una crisis político-financiera que sembró una serie de conflictos sociales y un endeudamiento bancario que hasta la fecha persiste.

Es la práctica de un modelo estático de crecimiento; desde un punto de vista dinámico, la gestión del agua no debe de dar más entradas al “sistema de usos” sin considerar los problemas que implica mayor oferta del recurso.

*Estadísticas del Agua en México, 2005. Versión electrónica. Acuíferos sobreexplotados, que presentan intrusión salina, y el fenómeno de salinización de suelos, o aguas subterráneas salobres.

 

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