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Temas masculinos: Qué hormonas intervienen en el crecimiento de músculo y quema de grasa

Escrito por Don Juan Tenorio en Sábado, 09 Mayo 2020. Publicado en Cultura, Sexualidad, Sociedad, Temas Masculinos

Claves y consejos para ganar músculo fácilmente

¿Quieren empezar a quemar grasa y ganar músculo?

Esta información es importante: Recordemos que todo nuestro cuerpo es dirigido desde el cerebro, ya que este envía señales a cada uno de nuestros órganos, así como también recibe lo indicadores mediante señales que trasladan hormonas y neurotransmisores. Es por eso que las hormonas son clave en cada proceso y funcionamiento de nuestro organismo, incluso para ganar músculo o adelgazar.

Lo recomendable es conocer cuáles son las hormonas que intervienen en la quema de grasa o el incremento de músculos, así podremos controlarlas y ayudar a nuestro cuerpo y sus procesos:

Hormona de crecimiento

Esta hormona no sólo ayuda a ganar músculo sino también favorece la quema de grasas a mediano y largo plazo.

Para su control es importante saber que la insulina y las comidas ricas en azúcares o alimentos de alto índice glucémico la reducen, así como también el estrés y el mal descanso nocturno.

¿Te gustaría elevarlas? Las proteínas magras, incluidas diariamente en nuestra dieta, y un entrenamiento de alta intensidad elevan sus niveles en el cuerpo.

Insulina

La insulina es la hormona más conocida, o al menos la que más escuchamos; resulta que su función es ante todo estimular el anabolismo, por ello, cuando buscamos hipertrofiar, estimular su presencia puede ayudarnos a crear músculo siempre y cuando tengamos a nuestra disposición en ese momento proteínas y no azúcar, grasas o alcohol.

La insulina no es buena en exceso, es decir, cuando se eleva en grandes cantidades en sangre promueve el almacenamiento de grasas y su incremento sostenido en el tiempo puede dar origen a enfermedades metabólicas varias, como por ejemplo, la obesidad.

El principal estímulo para que la insulina se libere es la glucosa en sangre, por ello, el consumo de azúcares simples, harinas refinadas o una gran cantidad de hidratos de carbono de fácil digestión como puede ser un consumo elevado de pan blanco, puede elevar bruscamente la insulina y favorecer el almacenamiento de grasas.

Para lograr el efecto contrario lo mejor es incluir hidratos complejos, con fibra, difíciles de digerir, en formato integral, así como alimentos y platos de índice glucémico reducido y también, de baja carga glucémica.

 

Cortisol

Esta es la hormona del estrés, presente por un período corto de tiempo (por ejemplo cuando entrenamos intenso 5 minutos), no ocasiona ningún problema sobre la salud sino que por el contrario, puede ser de ayuda. Sin embargo, es importante saber que cuando el cortisol permanece elevado por un largo período de tiempo en nuestro cuerpo, produciendo un estrés crónico, la quema de grasas se detiene, se reduce considerablemente y por el contrario, se promueve el almacenamiento de grasas.

Así es como el estrés puede hacernos engordar y por ello, deberíamos reducir los niveles de cortisol en el cuerpo si queremos quemar grasas.

Es esencial descansar bien cada no entrenar en exceso, ingerir en la dieta habitual alimentos ricos en antioxidantes naturales como frutas y verduras frescas, pescado, frutos secos y semillas, así como también, ejercitarnos a intensidad moderada con regularidad y echando mano a actividades al aire libre que sean de nuestro agrado.

Leptina y grelina

Estas son hormonas no liberadas principalmente por glándulas, sino por órganos de importancia en el control del peso y la composición corporal tales como tejido adiposo y estómago, respectivamente.

La leptina es una hormona que produce saciedad y estimula el gasto calórico, mientras que la grelina produce el efecto contrario y ambas en equilibrio dan como resultado un buen metabolismo que nos ayuda a lograr un peso sano y evitar la acumulación excesiva de grasas.

Si evitamos la reducción de leptina y promovemos la disminución de grelina nuestra quema de grasas se facilitará. Para esto es importante descansar bien cada noche, evitar el estrés, no acudir a dietas extremas, hacer ejercicio con regularidad, evitar el alcohol y comer sano mediante una dieta que no tenga largos períodos de ayuno.

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