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Tinta negra: DOS AMORES

Escrito por Patricia Valenzuela Lugo en Martes, 26 Enero 2016. Publicado en Literatura

Los amo a los dos por igual. Como ellos ningún otro. Y aunque de ambos me separan algunos años, no me importa. Son amores que no dejaré.
  
A uno ya lo perdí, se fue lejos y jamás lo volveré a ver, que decir de tener noticias suyas, no, para nada. Lo peor, se fue sin despedirse. Pero no por eso lo odio, todo lo contrario, me aferro a su recuerdo; lo llamo y lo abrazo en las noches tristes y solitarias, en los momentos difíciles en los que me gustaría escuchar su palabra; tomar su mano; dormir en su regazo.
Si de héroes me preguntan lo describiría a él. ¿Cómo no hacerlo? Si en su momento me lo entregó todo sin condición. Por ello le perdoné lo inimaginable, hasta que amara a otra mujer y me hiciera convivir con ella hasta quererla. Así, de ese tamaño era –o es- mi amor por ese hombre de carácter tan explosivo, de manos grandes y sonrisa abierta. Lo recuerdo tanto, lo extraño todavía más.
Por otro lado, ahora lo tengo a él, a este otro a quien me abrazo por las noches, solo algunas, tristemente. Él, que me divierte. Él, motivo de mis más sonoras carcajadas.
Me gusta verlo a la distancia, sin que se de cuenta de que lo hago. Tan resuelto, tan inteligente, tan lleno de vida. Me enamora la forma en que me busca a todas horas, como se cobija en mi al encontrarme. También, gozo al recordar sus primeros cumpleaños a mi lado, el gusto por sus obsequios. No me canso de enorgullecerme de lo que otras personas lo admiran y elogian. A él no lo comparto, no todavía, bueno ya un poco. Aunque es seguro que tendré que hacerlo del todo si no quiero perderlo. Me duele pensar que ese día llegará, que me cambiará por una mujer joven, con actividades y gustos afines, quiero demorar lo más posible ese momento. Ni como luchar contra eso, no tengo armas. Al final estoy segura que me resignaré y terminaré cediendo una parte de su amor. Pero, ¿ qué no hace una mujer cuando ama? Yo, lo doy y lo hago todo. Esta vez, tampoco será la excepción.
 
¿Por qué el afán mío por estos amores? Ha sido mi destino.
 
¿Sus nombres? No son importantes, baste decir que de cariño le digo a uno, papá y a otro, hijo.

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