Familias sudcalifornias: ADAPTACIÓN A LA ESCUELA

Los cambios nos afectan a todos, chicos y grandes, así que es normal que las y los niños sientan cierta angustia por algo que no conocen, el ejemplo perfecto de esto es la entrada al Kínder, o la transición del jardín a la primaria. Para muchos niños y niñas no hay nada más temible que el momento de separarse de los padres para quedarse en un lugar desconocido, con personas que nunca ha visto y en un grupo de niños con los que nunca ha tratado; realmente debe ser difícil de comprender, pero se irán adaptando. Es un proceso importante y debemos apoyarles. 

La experiencia que cada niño o niña viva dependerá también de su personalidad, de su forma de socializar con los demás y del apoyo que el padre o figura paterna o materna le brinden.

En lo que nosotros como padres o tutores del infante podemos ayudar es en el apoyo moral y sobre todo dándoles una amplia explicación de lo que va encontrar, las actividades y personas que cuidarán de él o ella.

Para disminuir su incertidumbre hay que mencionar que como ya es más grande, tendrá que ser más ordenado y cuidadoso con sus pertenencias y aseo personal; al iniciar la escuela, la psicóloga realiza una serie de recomendaciones que vendría bien ponerlas en práctica meses antes de iniciar la primaria para que nosotros como padres no nos sintamos frustrados ni preocupados por el  niño. La principal recomendación, es que el niño debe conocer ciertos datos, como el nombre de sus padres, domicilio, teléfonos; también debe saber ir al baño solo, vestirse solo, abrocharse los zapatos y pedir ayuda en caso necesario.

Debemos motivarlo en todo momento y decirle cosas como: “como ya eres grande, vas llevar materias nuevas, por tanto hay que ir a comprar libros y útiles nuevos”, “aunque es difícil al inicio, pronto tendrás muchos amigos”.

Al dejarlo en la escuela hay que tratar de dejarlo en el salón y retirarse junto con los demás padres para que no sienta vergüenza ante los demás niños, si llora hay que consolarlo y decirle quienes se quedarán a su cargo y reafirmar que usted regresará a la hora de la salida puntualmente, no lo regañe ni se muestre desesperado, más bien tranquilo para que el niño se de cuenta de que todo está bien y que mencionar que no es el único que se quedará en el salón, que también hay otros niños al igual que él.

Al final de la escuela hay que preguntarle cómo le fue, como se sintió, si nos muestra algún trabajo hay que motivarlo como: “qué bonito lo que pintaste, cada día seguirás aprendiendo cosas nuevas”.

El lapso de adaptación durará aproximadamente una semana, tal vez después del fin de semana quiera desistir pero esto es normal. Si después de unos quince días continúa resistiéndose o estallando en llanto, hay que consultar con un psicólogo que nos proporcione ayuda.

Además, aquí te compartimos algunos consejos para que la adaptación al kínder sea más fácil:

1. Si de plano a tu niño o niña le cuesta adaptarse al jardín y no deja de llorar, te recomendamos que en un principio les lleves sólo durante unas algunas horas y, poco a poco vayan aumentando el horario. Cada niño necesita de su tiempo.

2. Deja que él o la pequeña lleven su juguete favorito o su objeto de apoyo si así lo desea, o algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.

3. Despedidas rápidas. Evitemos prolongar las despedidas en exceso. Hay que transmitir seguridad y evitar dramatismos. Tu niña o niño debe saber que dentro de un rato vendrás a recogerle y que lo que estás haciendo es lo mejor para ellos.

4. Al salir de la escuela infantil, dedica tiempo jugando con él o ella. Es bueno que descubra que lo que hace en el centro no es tan distinto de lo que hace habitualmente en casa. Anímale a compartir contigo las experiencias que aprende en la escuela. Y demuestra alegría y entusiasmo por sus progresos.