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Familias sudcalifornias: LOS NIÑOS Y LAS TAREAS DOMÉSTICAS

Escrito por Mi Nana en Viernes, 30 Junio 2023. Publicado en Educación, Familia., Familias Sudcalifornias., Sociedad

Gráficas de tareas domésticas imprimibles para los chicos | LoveToKnow

Aunque esto parezca obvio, la realidad demuestra lo contrario. El mantenimiento del hogar, la preparación de alimentos, el abastecimiento de suministros, la jardinería, la limpieza, el lavado de prendas y el orden, son tareas que deben estar hechas como premisa para poder realizar cualquier otro tipo de actividad, ya sea económica, es decir, remunerada (las feministas se han encargado de demostrar la importancia fundamental del trabajo doméstico para la economía), o recreativas y de ocio. Quienes no vivimos solos podemos notar cómo la carga de estas responsabilidades caen más en hombros de algunas personas que de otras.

            Sin importar el aporte económico que cada miembro de la familia realice, es necesario que exista la cooperación para cuidar la casa, pues un hogar es aquel que se construye colectivamente. Conocer el tiempo, la energía y las dificultades que conlleva cada actividad nos ayudará a valorarlas y a buscar mantener el orden para realizarlas de forma más práctica. Un niño o niña debe comprender que aunque las cosas estén siempre dispuestas para él o ella cuando lo necesita, no es por arte de magia, sino porque mamá y papá y lo hicieron posible.

Se pueden negociar algunas reglas en casa?

            La infancia es el mejor momento para generar hábitos saludables y construir la personalidad de una persona hacia el camino del respeto, la solidaridad, la empatía y el trabajo en equipo, pues como bien dice el refrán, lo que bien se aprende no se olvida.

            Involucrar a los pequeñines en las labores domésticas no sólo será bueno para la construcción de su identidad, sino que lo ayudará a desarrollar sus habilidades motrices y mentales, fortaleciendo su inteligencia espacial, emocional kinestésico-corporal, interpersonal e incluso naturalista. Podemos resumir las ventajas emocionales e interpersonales mediante algunas sentencias:
—Si ayudo a recoger a mis papis, tendremos más tiempo para jugar juntos.

—Existe un espacio en la casa designado para cada actividad.

—Al terminar de utilizar un objeto, debo colocarlo en el lugar que le corresponde.

—Entre más ensucie, más tendré que limpiar.

—Debo ser cuidadoso con mis manos para que las cosas no se rompan o lastimen.

—No debo dejar la llave del agua abierta demasiado tiempo mientras me lavo las manos, los dientes, o me lavo después de jugar.

—Procuraré ser cuidadoso al jugar para no ensuciar tanto mi ropa porque luego mis papis deberán lavarla / porque debo cuidar las cosas.

—No vivo solo, soy parte de una comunidad amorosa en la que nos ayudamos entre todos.

—Si yo no recojo esto que yo mismo desordené, alguien más tendrá que hacerlo y eso es injusto.

—Así como yo quiero tener tiempo para jugar, mis papás también necesitan tiempo libre y yo puedo ayudarlos un poco con eso.

 

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Además de esto, el niño o la niña aprenderá cómo realizar las tareas básicas, primero, para el cuidado de su propio espacio (su habitación, cuarto de juegos o el lugar donde pase mayor tiempo) y después para la convivencia de todos. El hecho de delegar responsabilidades a ellos los hará desarrollar un mejor autoestima, confianza en sí mismos, sentido de pertenencia y responsabilidad.

            Claro que debe existir un límite. Los pequeños no deben sentir estas actividades como trabajo, pues si se abusa de ellos puede caerse en el trabajo o la explotación infantil. No es lo mismo pedirle a una niña que recoja sus crayolas y las guarde en una cajita después de usarlas, a pedirle que cuide a su hermanito menor o que realice la cena. Las labores que seleccionemos para ellos deben ser adecuadas para su estadio del desarrollo. No deben tener contacto con productos químicos, con objetos afilados, calientes o material de trabajo peligroso, y el proceso de interiorización de sus labores domésticas debe ser siempre supervisado por los padres hasta que estos se aseguren de que lo realiza de forma correcta y sin ponerse en peligro.

            La mejor forma de involucrar a los niños es con el ejemplo. Si los hijos no ven que el papá realiza las mismas cosas que la mamá, se sentirán con el derecho a no realizarlas tampoco; así mismo, debemos evitar a toda costa caer en roles de género exigiéndole más a la hija que al hijo, pues más tarde ellos replicarán este esquema violento con su familia, y también se afectará el desarrollo tanto creativo como académico de la pequeña si se le enseña a absorber las tareas que los demás no quieren hacer.

            Recordemos que la familia es la primera institución de la sociedad, y todo lo que se realice en pequeño tendrá un enorme impacto a gran escala, por eso debemos enseñar a los más jóvenes a ser colaborativos, a valorarse y sobre todo, a cuidar sus espacios y de sí mismos.

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